¿Qué hacer si mi perro está vomitando continuamente?
¿Qué hacer si mi perro está vomitando continuamente?

Ver a tu perro vomitar de manera repetida es una experiencia angustiante que genera preocupación inmediata. Mientras que un vómito aislado puede no ser alarmante, los vómitos continuos representan una situación donde tu compañero canino está perdiendo fluidos y nutrientes vitales de manera acelerada, y su cuerpo te está indicando claramente que algo no está bien. Este síntoma puede ser la punta del iceberg de diversas condiciones, desde problemas digestivos simples hasta emergencias médicas graves. A lo largo de este artículo, te guiaremos a través de un protocolo de acción claro, ayudándote a evaluar la severidad de la situación, a tomar medidas inmediatas en casa y a reconocer las señales de alerta que requieren una visita veterinaria urgente, con el objetivo de restaurar el bienestar de tu fiel amigo de la manera más rápida y segura posible.

Evaluación inicial: ¿Cuándo es una emergencia?

Antes de intentar cualquier remedio casero, es fundamental realizar una evaluación rápida pero crucial de la condición de tu perro. La presencia de ciertos signos convierte la situación en una emergencia veterinaria inmediata. Debes contactar o acudir a tu veterinario sin demora si observas alguno de los siguientes síntomas junto con los vómitos:

  • Vómitos con sangre: Puede aparecer como sangre roja fresca o como granos de café, lo que indica sangre digerida. Esto sugiere una hemorragia en el tracto gastrointestinal superior.

  • Vómitos proyectiles o muy frecuentes: Si el vómito es explosivo o ocurre cada pocos minutos, impidiendo que tu perro retenga incluso agua.

  • Letargo extremo o debilidad: Si tu perro está postrado, no se puede levantar o parece desorientado.

  • Abdomen distendido, duro o doloroso al tacto: Esto podría indicar una torsión gástrica (una condición mortal), una obstrucción intestinal o una peritonitis.

  • Fiebre o temperatura corporal baja (hipotermia).

  • Encías pálidas, azuladas o amarillentas.

  • Intentos de vomitar sin éxito, acompañados de arcadas secas: Especialmente en razas de pecho profundo, esto es un signo clásico de la dilatación-torsión gástrica.

  • Diarrea sanguinolenta simultánea.

  • Sospecha de que ha ingerido un cuerpo extraño (un juguete, una tela) o una sustancia tóxica (anticongelante, veneno para ratas, plantas tóxicas).

  • Si se trata de un cachorro, un perro senior o un perro con una enfermedad crónica preexistente (renal, hepática, diabetes).

Causas comunes de los vómitos continuos en perros

Entender la posible causa subyacente ayuda a evaluar la gravedad. Los vómitos continuos pueden ser provocados por una amplia gama de problemas, que van desde los gastrointestinales hasta los sistémicos.

  • Gastroenteritis aguda: Inflamación del estómago e intestinos, a menudo causada por la ingestión de algo inadecuado (comida en mal estado, basura, restos grasos).

  • Obstrucción intestinal: Causada por cuerpos extraños (huesos, juguetes, piedras), tumores o una torsión intestinal. Esto es una emergencia quirúrgica.

  • Pancreatitis: Una inflamación dolorosa del páncreas, frecuentemente desencadenada por la ingestión de alimentos muy grasos.

  • Enfermedades infecciosas: Como el Parvovirus (especialmente en cachorros no vacunados), el Moquillo o infecciones bacterianas graves.

  • Enfermedades sistémicas: La insuficiencia renal, la enfermedad hepática, la piometra (infección uterina) o la diabetes no controlada pueden presentar vómitos como uno de sus principales síntomas.

  • Intoxicación o envenenamiento: Por productos de limpieza, pesticidas, plantas tóxicas o medicamentos humanos.

  • Parásitos intestinales severos: Una carga parasitaria masiva puede irritar el estómago y los intestinos.

  • Estrés o ansiedad severa: Aunque es menos común que cause vómitos continuos, puede ser un factor desencadenante en perros muy sensibles.

Primeros auxilios en casa (Solo si no hay signos de alarma)

Si tu perro está vomitando pero no presenta ninguno de los signos de emergencia mencionados anteriormente, y se mantiene alerta, puedes implementar las siguientes medidas durante las primeras 12-24 horas. Sin embargo, si los vómitos continúan o aparecen nuevos síntomas, debes suspenderlas y acudir al veterinario.

  • Ayuno de sólidos: Permite que el tracto gastrointestinal descanse. Retira toda la comida durante 12-24 horas (nunca más de 24 horas en perros adultos sanos). Nota: Los cachorros de razas pequeñas no deben ayunar por largos periodos debido al riesgo de hipoglucemia.

  • Hidratación controlada: Después de un período inicial de 2-4 horas sin vómitos, comienza a ofrecer pequeñas cantidades de agua. No dejes un bol lleno de agua, ya que beber en exceso puede provocar más vómitos.

    • Ofrece cubitos de hielo para que los lama.

    • Proporciona agua fresca en cantidades muy pequeñas (una o dos cucharadas) cada 15-20 minutos.

  • Dieta blanda tras el ayuno: Si después de 12-24 horas sin comida y con hidratación controlada los vómitos han cesado, puedes introducir una dieta blanda. Una opción clásica es:

    La proporción debe ser de 1 parte de proteína por 3 partes de arroz. Sirve porciones muy pequeñas (por ejemplo, un par de cucharadas para un perro mediano) varias veces al día. Si lo tolera bien, puedes aumentar gradualmente la cantidad durante los siguientes días.

    • Pollo hervido (sin piel ni huesos) o pavo magro.

    • Arroz blanco cocido (no integral, ya que es más difícil de digerir).

  • Volver a la dieta normal: Después de 2-3 días tolerando la dieta blanda, puedes comenzar a mezclar gradualmente su pienso habitual con la dieta blanda durante un par de días más hasta realizar una transición completa.

Diagnóstico y tratamiento veterinario

Si los vómitos son continuos o tu perro muestra signos de alarma, el veterinario realizará una evaluación exhaustiva para determinar la causa y establecer un tratamiento adecuado.

  • Historial clínico y examen físico: El veterinario te hará preguntas detalladas y palpará el abdomen de tu perro en busca de dolor, masas o cuerpos extraños.

  • Análisis de sangre (hemograma y bioquímica sérica): Para evaluar la función de órganos, detectar infecciones, pancreatitis o desequilibrios electrolíticos.

  • Análisis de orina: Proporciona información adicional sobre la función renal y el estado de hidratación.

  • Radiografías (rayos X) o ecografía abdominal: Son esenciales para descartar obstrucciones por cuerpos extraños, torsiones o masas.

  • Tratamiento: Dependiendo del diagnóstico, el tratamiento puede incluir:

    • Fluidoterapia intravenosa o subcutánea: Para combatir la deshidratación y corregir los desequilibrios electrolíticos. Esto es a menudo el paso más crítico.

    • Medicamentos antieméticos: Para controlar las náuseas y detener los vómitos.

    • Protectores gástricos: Para reducir la acidez estomacal y proteger la mucosa gástrica.

    • Antibióticos: Si se sospecha de una infección bacteriana.

    • Cirugía: En casos de obstrucción intestinal o torsión gástrica.

Prevención y monitoreo a largo plazo

Una vez que tu perro se haya recuperado, es importante tomar medidas para prevenir futuros episodios y estar atento a cualquier recurrencia.

  • Alimentación de alta calidad y controlada: Evita los cambios bruscos de dieta y no ofrezcas sobras de comida humana, especialmente las grasas.

  • Supervisión durante los paseos: Impide que tu perro ingiera objetos o comida del suelo.

  • Mantén un ambiente libre de toxinas: Guarda los productos de limpieza, medicamentos y cualquier sustancia potencialmente peligrosa fuera de su alcance.

  • Juguetes seguros: Elige juguetes que no puedan ser masticados y tragados en pedazos grandes.

  • Desparasitación y vacunación al día: Sigue el calendario recomendado por tu veterinario para prevenir enfermedades infecciosas y parasitarias.

  • Observación activa: Conoce los hábitos normales de tu perro para poder detectar cualquier cambio sutil en su comportamiento o apetito que pueda indicar un problema temprano.

Conclusión: actuar con prontitud y precaución

Los vómitos continuos en tu perro son una señal de alarma que tu compañero no puede ignorar. Tu respuesta inicial, basada en la observación y el conocimiento de los signos de peligro, es fundamental. Mientras que algunos casos pueden resolverse con un breve descanso gastrointestinal en casa, muchos otros requieren de la intervención inmediata de un profesional. Ante la duda, siempre es más seguro errar por exceso de precaución y buscar el consejo de tu veterinario. Al actuar con rapidez, calma y decisión, no solo estás aliviando el malestar inmediato de tu mascota, sino que estás protegiendo su salud a largo plazo y demostrando el profundo cuidado que sientes por tu leal amigo.