Ver a nuestro perro lamiéndose las patas de manera ocasional es normal, pero cuando este comportamiento se vuelve constante y repetitivo, es comprensible que nos preocupe. Este lamido excesivo puede ser una señal de que algo no está bien, ya sea físico o emocional. Como dueños responsables, es esencial entender las posibles causas detrás de este hábito para poder abordarlo de manera efectiva. En este artículo, exploraremos las razones más comunes por las que los perros se lamen las patas, desde alergias y dolor hasta problemas de comportamiento. También te guiaremos sobre cuándo debes preocuparte y consultar al veterinario, y ofreceremos soluciones prácticas para ayudar a tu compañero canino a encontrar alivio. Comprender este comportamiento es el primer paso para garantizar el bienestar de tu mascota y restaurar su comodidad.
¿Cuándo el lamido de patas se considera normal y cuándo no?
El lamido es una parte natural del aseo en los perros. Es normal que tu perro se lama las patas brevemente después de un paseo para limpiarlas, o de manera ocasional antes de dormir. Este comportamiento se vuelve preocupante cuando es persistente, intenso y se centra en una o dos patas específicamente. Señales de alerta incluyen: lamidos que duran varios minutos sin parar, frecuencia que interrumpe sus actividades diarias (como comer o jugar), pérdida de pelo, enrojecimiento de la piel, hinchazón, ulceraciones o cambios en el color del pelaje (que puede volverse rosa o marrón debido a la saliva). Si el lamido va acompañado de sonidos de molestia, cojera o si tu perro empieza a morder o rascar las patas agresivamente, es crucial investigar la causa. Observar el contexto y la intensidad del comportamiento te ayudará a determinar si es un hábito inocuo o un síntoma de un problema subyacente que requiere atención.
Causas médicas comunes del lamido excesivo de patas
La mayoría de los casos de lamido constante tienen un origen médico. Identificar la causa raíz es fundamental para un tratamiento adecuado. A continuación, se detallan las causas físicas más frecuentes.
Alergias (la causa número uno)
Las alergias son, con mucho, la razón más común por la que los perros se lamen las patas de manera compulsiva. Las patas son particularmente vulnerables porque entran en contacto directo con alérgenos y tienen una piel sensible. Existen tres tipos principales de alergias:
Dermatitis atópica (alergias ambientales): Los perros pueden ser alérgicos a alérgenos inhalados como el polen, los ácaros del polvo, el moho o la hierba. Cuando estos alérgenos entran en contacto con las patas, causan picazón intensa, y el lamido es un intento de aliviarla. Este tipo de alergia suele ser estacional, pero puede volverse crónica.
Alergias alimentarias: Ciertos ingredientes en la dieta, como proteínas (pollo, carne de res), cereales (trigo, maíz) o aditivos, pueden desencadenar una reacción alérgica que se manifiesta con picor en las patas, orejas y axilas. A diferencia de las ambientales, estas alergias son consistentes durante todo el año.
Dermatitis alérgica por pulgas (DAP): La picadura de una sola pulga puede causar una reacción alérgica masiva en perros sensibles. Aunque las pulgas prefieren la espalda y la base de la cola, la reacción puede generalizarse e incluir las patas.
El lamido persistente debido a alergias a menudo conduce a infecciones secundarias por bacterias o levaduras, creando un ciclo de picazón-lamido-infección-más picazón que es difícil de romper.
Infecciones
Las patas, especialmente entre los dedos, son un ambiente cálido y húmedo ideal para el crecimiento de bacterias y levaduras. Una infección puede ser la causa primaria del lamido o una consecuencia de otro problema (como una alergia).
Infecciones bacterianas (pioderma): Suelen causar enrojecimiento, hinchazón, pústulas y a veces un olor desagradable. El lamido es la respuesta del perro a la incomodidad y el dolor.
Infecciones por levaduras (Malassezia): Estas infecciones provocan un picor intenso y característico. La piel suele verse enrojecida, grasienta y puede desprender un olor a "mantecoso" o rancio. Los perros afectados lamen y muerden sus patas casi sin parar.
Estas infecciones requieren diagnóstico y tratamiento veterinario, que typically incluye champús medicados, pomadas tópicas o medicamentos orales.
Dolor y molestias
El lamido puede ser la forma en que tu perro intenta aliviar el dolor localizado en la pata o en una articulación. Causas comunes incluyen:
Cuerpos extraños: Espigas, astillas, cristales pequeños o semillas pueden alojarse entre los dedos o en las almohadillas, causando irritación e inflamación.
Lesiones: Cortes, rasguños, uñas rotas o quemaduras en las almohadillas por el calor del asfalto pueden provocar lamido constante.
Artritis o dolor articular: Los perros mayores pueden lamer las articulaciones de las patas (como las muñecas o los tobillos) que están doloridas debido a la artritis. Es un intento de calmar el dolor crónico.
Desequilibrios hormonales: Condiciones como el hipotiroidismo pueden causar problemas en la piel, incluyendo sequedad, infecciones recurrentes y picazón, que llevan al lamido de patas.
Si sospechas de dolor, una inspección cuidadosa de la pata puede revelar la causa, pero a menudo se necesita una evaluación veterinaria para detectar problemas internos como la artritis.
Parásitos
Ácaros como los responsables de la sarna (Sarcoptes scabiei) o la sarna demodécica localizada pueden causar una picazón extrema en las patas. Estos ácaros excavan en la piel, provocando una reacción inflamatoria intensa. El lamido y la masticación son intentos desesperados de rascarse. Estas condiciones son menos comunes pero muy molestas y requieren un diagnóstico veterinario específico y tratamiento acaricida.
Causas conductuales y psicológicas
Cuando se descartan las causas médicas, el lamido excesivo puede tener un origen conductual. En estos casos, el lamido se convierte en una acción compulsiva, similar a los trastornos obsesivo-compulsivos en humanos.
Aburrimiento y falta de estimulación
Los perros que pasan mucho tiempo solos, sin suficiente ejercicio físico o mental, pueden desarrollar comportamientos repetitivos para aliviar el aburrimiento. Lamerse las patas se convierte en una forma de "pasar el tiempo". Esto es común en razas inteligentes y activas que no reciben la estimulación adecuada.
Ansiedad y estrés
La ansiedad es un desencadenante poderoso. Los perros pueden lamerse las patas de manera compulsiva para autocalmarse en situaciones estresantes. Fuentes comunes de ansiedad incluyen:
Ansiedad por separación: El lamido ocurre principalmente cuando el dueño no está en casa.
Fobias: A los ruidos fuertes (tormentas, fuegos artificiales) o a entornos impredecibles.
Estrés ambiental: Cambios en el hogar, como mudanzas, la llegada de un nuevo bebé o otra mascota.
El lamido libera endorfinas que producen una sensación placentera y calmante, creando un ciclo de dependencia.
Comportamiento compulsivo
Si el lamido persiste durante semanas o meses, puede evolucionar hacia un trastorno compulsivo. El perro ya no lo hace por una causa inicial, sino porque el comportamiento se ha convertido en un hárituo rígido y repetitivo que realiza de forma casi automática, incluso en ausencia del desencadenante original. Detenerlo puede generar frustración y ansiedad en el animal.
¿Qué debo hacer si mi perro se lame las patas constantemente?
Abordar este problema requiere un enfoque sistemático. Aquí hay un plan de acción paso a paso:
Inspecciona las patas: En un momento tranquilo, revisa cuidadosamente las patas de tu perro. Busca enrojecimiento, hinchazón, cortes, objetos extraños, uñas rotas o sensibilidad al tacto. Presta especial atención a los espacios entre los dedos y las almohadillas.
Limpia las patas: Después de los paseos, lava las patas de tu perro con agua tibia y un champú suave para perros. Esto ayuda a eliminar alérgenos e irritantes potenciales. Asegúrate de secarlas completamente, ya que la humedad atrapada puede promover infecciones.
Consulta al veterinario: Este es el paso más crucial. El veterinario realizará un examen físico completo y puede recomendar pruebas como raspados de piel, cultivos para identificar infecciones, pruebas de alergia o análisis de sangre para descartar problemas hormonales. No intentes automedicar a tu perro, ya que puedes empeorar la situación.
Sigue el tratamiento prescrito: Dependiendo del diagnóstico, el tratamiento puede incluir antihistamínicos, antibióticos, antifúngicos, cambios en la dieta, medicamentos para el dolor o terapia para la ansiedad.
Distrae y redirige: Mientras se trata la causa subyacente, proporciona a tu perro alternativas para distraerlo. Juguetes interactivos, rompecabezas de comida o sesiones de juego cortas pueden redirigir su atención lejos de las patas.
Considera un collar isabelino o calcetines protectores: En casos graves, puede ser necesario usar un collar isabelino o calcetines para perros para prevenir el autotraumatismo y permitir que la piel sane. Úsalos bajo la recomendación de tu veterinario.
Tratamientos y soluciones según la causa
El tratamiento es específico para cada causa subyacente. Aquí hay un resumen de las aproximaciones más comunes:
Para alergias
Ambientales: Inmunoterapia (vacunas contra la alergia), antihistamínicos, baños frecuentes con champús medicados y suplementos de ácidos grasos omega-3 para fortalecer la barrera cutánea.
Alimentarias: Dieta de eliminación supervisada por un veterinario para identificar el alérgeno, seguida de una dieta con proteínas noveles o hidrolizadas.
Por pulgas: Uso riguroso y regular de productos antipulgas de prescripción veterinaria para todos los animales en el hogar.
Para infecciones
Bacterianas: Antibióticos orales o tópicos durante un curso completo (aunque los síntomas mejoren).
Por levaduras: Antifúngicos tópicos (como champús con clorhexidina y miconazol) u orales (como el ketoconazol).
Para dolor
Cuerpos extraños: Extracción profesional por el veterinario y posible tratamiento con antibióticos.
Artritis: Suplementos como glucosamina, medicamentos antiinflamatorios, fisioterapia y control del peso.
Para causas conductuales
Aburrimiento: Aumentar el ejercicio físico (paseos más largos) y mental (entrenamiento de olfato, juguetes puzzle).
Ansiedad: Modificación de conducta, creación de un entorno seguro, feromonas apaciguadoras (como Adaptil) y, en casos graves, medicación ansiolítica prescrita por un veterinario.
Comportamiento compulsivo: Terapia conductual supervisada por un etólogo o entrenador especializado para redirigir el comportamiento hacia actividades incompatibles con el lamido.
Cuándo debes acudir al veterinario urgentemente
Aunque muchos casos pueden esperar una cita rutinaria, busca atención veterinaria inmediata si observas alguno de estos signos:
Sangrado abundante o una herida profunda en la pata.
Cojera severa o negación a apoyar la pata.
Signos de infección avanzada, como pus, hinchazón severa o un olor fétido.
Comportamiento de lamido que es repentino, violento y parece estar causando dolor intenso.
Letargo, fiebre o pérdida de apetito junto con el lamido de patas.
Conclusión
Que tu perro se lama las patas constantemente es un mensaje que no debe ignorarse. Este comportamiento es casi siempre un síntoma de un problema subyacente, ya sea una alergia molesta, una infección dolorosa, un objeto extraño incrustado o un estado de ansiedad. Como dueño, tu papel es actuar como detective y defensor de tu mascota: observa, inspecciona y, lo más importante, busca el consejo de un veterinario para obtener un diagnóstico preciso. Con la causa identificada y el tratamiento adecuado, la gran mayoría de los perros pueden encontrar alivio y dejar atrás este hábito problemático. Recuerda que tu paciencia y atención son clave para ayudar a tu fiel compañero a recuperar su comodidad y bienestar.