El sonido del clic-clac de las uñas de tu perro sobre el suelo no es solo una molestia auditiva, es la señal de que ha llegado el momento de una tarea que muchos dueños enfrentan con aprensión. Cortar las uñas puede parecer una simple cuestión de estética, pero en realidad es un procedimiento esencial para la salud y comodidad de tu compañero. Unas uñas demasiado largas pueden alterar su postura, causar dolor en las articulaciones e incluso llegar a clavarse en los cojinetes.
Conociendo la anatomía que no ves
Dentro de cada uña canina se encuentra el "rápido" o tejido vivo que contiene vasos sanguíneos y nervios. Cortar este tejido no solo es doloroso para tu perro, sino que provoca un sangrado considerable y puede generar un miedo duradero a las futuras sesiones de corte. En uñas blancas o claras, el rápido es visible como una zona rosada en el centro de la uña. En uñas negras, el desafío es mayor ya que no podemos verlo.
La clave está en cortar solo el gancho o la punta curvada de la uña, manteniéndonos siempre a una distancia segura del tejido vivo. Con el tiempo y el corte regular, el rápido se irá retrayendo, permitiendo mantener las uñas más cortas.
Herramientas: eligiendo tu aliado perfecto
Existen principalmente tres tipos de cortaúñas, cada uno con sus ventajas:
Tijera tipo guillotina: Ideales para uñas pequeñas y medianas. Colocas la uña en el orificio y presionas el mango. Requieren cuchillas afiladas y reemplazo regular.
Alcachofa o tenaza: Funcionan como unas tijeras de podar, ofreciendo buen control visual. Recomendadas para uñas medianas y grandes.
Lima eléctrica: Lima la uña en lugar de cortarla, eliminando el riesgo de cortar el rápido. Ideal para perros nerviosos o con uñas negras, aunque el sonido y vibración pueden asustar al principio.
Preparación: el éxito está en los detalles
Elige un momento en que tu perro esté relajado, preferiblemente después del ejercicio. Reúne todo el material antes de empezar: cortaúñas, polvo estíptico o harina (en caso de sangrado), y premios de alto valor. Trabaja en un área bien iluminada donde ambos estén cómodos.
Para perros nerviosos, implemente un protocolo de Desensibilización y Contracondicionamiento (D&CC). Este proceso proactivo consiste en dividir la tarea en micro-pasos:
1. Fase 1 (Acostumbramiento al Ruido): Muestre el cortaúñas/lima y simule el sonido (sin cortar), premiando inmediatamente.
2. Fase 2 (Asociación Positiva): Toque el instrumento en el pie, premie. Toque una uña, premie.
3. Fase 3 (Simulación de Presión): Ejerza presión sobre la uña con el cortador sin cortar, premie. Solo avance cuando no haya signos de estrés.
Técnica paso a paso para un corte seguro
Sienta a tu perro en una posición cómoda. Algunos se sienten más seguros en el suelo que en una mesa.
Sujeta la pata con firmeza pero suavidad, manteniendo tu mano en una posición natural.
Identifica la parte a cortar. En uñas claras, busca el rápido y corta al menos 2-3 milímetros antes de él. En uñas oscuras, haz cortes mínimos y observa el centro de la uña después de cada corte: cuando aparezca un punto blanco o grisáceo, estás cerca del rápido.
Orienta el cortaúñas perpendicular al eje de la uña, no en ángulo.
Realiza el corte decisivo y rápido. La vacilación hace que el proceso sea más incómodo.
Premia inmediatamente después de cada uña, o después de varias si tu perro está tranquilo.
Manejando situaciones difíciles
Si tu perro se resiste, no luches contra él. Mejor hacer una pata hoy y otra mañana que forzar una situación que genere trauma. Para perros particularmente nerviosos, considera tener dos personas: una sujeta y distrae con premios, mientras la otra corta.
La uña de rocío (esa uña adicional en la parte interior de la pata) requiere especial atención. Al no tener contacto con el suelo, no se desgasta naturalmente y puede crecer en círculo, clavándose en la piel.
Si ocurre un accidente: mantén la calma
Aunque tomes todas las precauciones, accidentalmente cortar el rápido puede pasar. Si esto ocurre:
No entres en pánico. Tu nerviosismo aumentará el de tu perro.
Aplica inmediatamente polvo estíptico, harina o maicena sobre la punta sangrante y mantén presión durante 1-2 minutos.
Consuela a tu perro pero no con exageración. Ofrece un premio una vez controlado el sangrado.
No abandones la sesión por completo (a menos que el sangrado no cese). Termina otra uña o dos para que no asocie el accidente con el fin del procedimiento.
Alternativas cuando el corte no es posible
Si tu perro es extremadamente temeroso o ha desarrollado una fobia genuina, existen alternativas:
Lima manual o eléctrica: Más lento pero menos invasivo.
Paseos sobre superficies abrasivas: El cemento áspero ayuda a limar naturalmente las uñas.
Visita al veterinario o peluquero: A veces, la mejor opción es delegar en profesionales.
La frecuencia ideal de corte varía según el perro, pero generalmente cada 3-6 semanas. Un buen indicador es que las uñas no toquen el suelo cuando el perro está de pie.
Cortar las uñas de tu perro no tiene que ser una batalla. Con paciencia, técnica adecuada y mucha positive reinforcement, puedes transformar esta necesidad de salud en otra oportunidad para fortalecer el vínculo con tu compañero. Cada sesión exitosa construye confianza, haciendo que la próxima vez sea un poco más fácil para ambos.